martes, 1 de marzo de 2016

LA GUERRA SECRETA

Philip J. Corso


 Una vez retirado de su compromiso militar, escribe el libro “The Day After Roswell, en 1997 (El día después de Roswell), con la colaboración de William J. Birnes. En su libro, Corso asegura que en 1947 siendo mayor y en labores de supervisión en la Base de Kansas; destapó cuatro pequeños cajones con forma de ataúd, que le fueron señalados por un militar de guardia, y haber visto en ellos a cuatro humanoides que por sus características físicas, supone extraterrestres (tipo gris), y los relaciona con el incidente de estrellamiento de un ovni en Roswell, dado que había visto ajetreo en esos días, y la llegada de cinco camiones procedentes de Roswell. Los cuerpos son de estatura pequeña, de complexión delgada, con cuatro dedos en las manos, cabeza grande, y ojos almendrados. Corso dice haberse sumergido en varios documentos “Top Secret”, referentes al caso Roswell, y haber visto gente del ámbito cientíico como Werner Von Brown, y Robert Openhaimer, que se supone tuvieron contacto con el equipo alienígena, obtenido del incidente de Roswell. Corso en su puesto privilegiado de análisis de tecnología, dice que se le asignó para su estudio, varios artefactos provenientes del incidente de Roswell, sobre los cuales se aplicó Ingeniería a la inversa, para aprender como funcionaban, logrando con esto impulsar la tecnología terrestre, en varios ordenes como son la fibra óptica, los chips con circuitos integrados, equipo de visión nocturna, rayos laser, fibras super resistentes como el Kevlar.



 El ex militar, nombra compañías civiles las cuales supuestamente fueron depositarias de la tecnología obtenida; IBM, Hughes Aircraft, Bell Labs y Dow Corning. También informa, que la nave estrellada de Roswell es un artefacto en realidad equivalente a una máquina de tiempo; con la cual no viajaban por el espacio los extraterrestres, sino realizaba un especie de “salto” (teletransportación), en el espacio tiempo; que les permitía venir de lejanos lugares del cosmos. Los registros militares, nos dan la seguridad de que Philip J. Corso, hizo una carrera militar tal y como la informa en su libro, con asignaciones en la inteligencia militar, y como asignado especial en el Pentágono bajo los ordenes del General Arthur Trudeau. Esto, lo corrobora el inquisitivo investigador ovni; el Físico atómico Stanton Friedman. El testimonio de Corso, sacudió al mundo en 1997, y su libro registró uno de los mayores índices de venta, según informó el New York Times. Lo denunciado por el exmilitar, embona en todas las partes con otras informaciones sobre el caso Roswell, siendo su condición de retirado y próximo a la muerte, el clásico estado en que se han recogido informaciones; que nos dicen que los extraterrestres ya están aquí, y que han sido encubiertos.


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